Sede del Club Social Ramallo

En la historia de la República Argentina, la inmigración tiene grandes momentos fundacionales. Uno de ellos fue la llegada de los conquistadores españoles a nuestros territorios en el siglo XVI.

Y es la colectividad española la que tuvo un rol fundamental en los orígenes de nuestro querido Club Social Ramallo.

A finales del siglo XIX, nace la Sociedad Española de Socorros Mutuos, la cual levanta una importante sede en el corazón de nuestro pueblo, fundada por Jose Maria Bustos en 1873, en plena Avenida Mitre.

Sede que fue escenario de tertulias y cenas, de bailes y reuniones sociales que marcaron una época en Ramallo.

Fue para los gallegos, cumplir con el sueño de todo inmigrante de tener la casa propia, como una extensión de su casa familiar, donde conservar y compartir los recuerdos de la patria lejana.

Según memoriosos, en una Asamblea de socios celebrada el 11 de mayo de 1911, se decidió conceder el uso de parte de la Sede al naciente Club Social, que vino a ocupar un lugar preponderante en la vida de la sociedad ramallense, siendo el epicentro de bailes, tertulias y festejos, durante la primera mitad del siglo.

En sus inicios, la nueva institución no intervenía en la práctica del fútbol, deporte que, con el devenir de los años, se convertiría en un icono de Ramallo y sus alrededores.

Como una anécdota invalorable, acercada por don Efren Martín, un equipo de fútbol integrado por socios del Club, allá por 1947, representaron a la institución en un torneo en el que participaron, entre otros, los equipos de Policía y Prefectura local.

El dato extraordinario: el color de las casacas era (¿podría haber sido de otra manera?) amarillo y rojo, a rayas verticales, los colores de España…

Implacable, el tiempo siguió transcurriendo.

El Club continuó siendo el lugar preferido para las peñas de amigos, para interminables noches a puro naipe, cuentos y ruedas de café.

Así siguieron desafíos futbolísticos entre diferentes peñas; solteros contra casados, “xeneizes” contra “millonarios” entre otras.

Justamente, a finales de los años 60, una de esas peñas que participaba en un campeonato nocturno de fútbol, le pidió a uno de sus integrantes, que poseía un comercio del ramo textil, el señor Cesar Butara, que hiciera unas camisetas para la ocasión. El color elegido fue el celeste.

Y llegó la inolvidable década del 70′. En la histórica cancha de pelota a paleta (ligada también a la vieja Sociedad Española), hoy Ramallo Club de Pelota, se reunió un grupo de jóvenes que participaban en los torneos nocturnos de los barrios.

Dicho equipo, denominado peyorativamente, la “Cooperativa de la Cancha de Pelota a Paleta” tuvo una trayectoria espectacular, consagrándose campeón.

El entusiasmo no se detuvo y tras el éxito, sus integrantes decidieron proponer a la Comisión Directiva del Club Social Ramallo, la posibilidad de representar a la institución en la Liga Nicoleña de Fútbol.

¡Inolvidable grupo! 

Al son de las batucadas que desde las trompetas conducía Rubén “Bachicha” Sica, con el tambor de “Lito” Cariboni, los cantitos del “Negro” Otero, el “Turquito” Latof, y Roberto Méndez, la conducción técnica de Norberto “Milache” Gaeto y el entusiasmo de tantos jóvenes, comenzó a gestarse en aquel verano del 75′, la epopeya celeste.

Y así fue. Con el apoyo de los dirigentes de entonces, encabezados por el Dr. José Luís Nuciari, el Dr. Eduardo Ganem, el Dr. José Antonio Morchio, y con la participación incansable de aquel gran hombre que fue el Dr. Raul Romano, el sueño se cumplió. Las gestiones de ingreso a la Liga Nicoleña, impulsada por los doctores Edgardo Fiori y Gotardo Migliaro, se hicieron realidad en 1976.

Se eligió el color celeste de aquellas casacas usadas en los nocturnos y se utilizó como emblema y mascota del Club a un célebre dibujo animado que hacía furor en el mundo: la Pantera Rosa.

Vistieron la divisa celeste en aquel iniciático 1976 los siguientes jugadores: Miguel Boelaert, Juan Ángel Rafaelle, Manuel Coronel, Carlos “Tosi” Meneghini, Eduardo Zamboni, Miguel Santillán, Jorge Doménech, Carlos “Pelado” Leguizamón, Manuel Agotegaray, Alfredo Santillán, Carlos Benedetti, Juan Ángel Miño, Mario Beron, Roberto Clark, José Gramondi, Javier del Pozo, Hugo Sebastiani, Miguel Romá.

El cuerpo técnico estaba conformado por “Milache” Gaeto como director técnico; Hugo Peña como ayudante de campo; Miguel “Negro” Torello como preparador físico; el Dr. Adolfo Mennucci, médico del plantel; los utileros Jorge Martin y Aldo Panatteri; y el masajista Ángel Landolfi.

Como soporte, una Subcomisión de fútbol, que al decir de “Milache” Gaeto, “más que una comisión era un batallón”. Entre otros, la integraban: Ernesto Gil, Carlos Otero, Horacio Aroza, José Luis Nuciari, Edgardo fiori, Rafael “Balito” Romá, Oscar Fontana, Osvaldo Fiori, José Aroza, Victor H. Molinari, Roberto Timoteo Abella, Miguel Zabala, José Martín, Juan Carlos Civetti, Carlos Coceres, Enrique Klein, Efren Martín, Alberto Bartomioli y Mario Rodríguez.

La “pasión celeste” se había desatado en Ramallo.

Muchísimos vecinos se hicieron “hinchas” de Social, acompañándolo en sus pasos en la Liga Nicoleña, jugando de local en la cancha de Matienzo, primero, y luego en su modesto y bonito Estadio de Avenida San Martín y Sarmiento, en un predio prestado por el Instituto Secundario Ramallo.

Se organizaron las divisiones inferiores, a fines de la década del 70′, gracias al trabajo entusiasta y fervoroso de Raúl Agotegaray, Rubén Biscardi y Oscar Giovan.

Fueron los primeros “técnicos” de aquellas inferiores, el propio Rubén “Coqui” Biscardi, Mario Médica y Angelito Landolfi.

Llegó 1980. El Club Social alcanza el Subcampeonato de la Liga. Su nutrida hinchada, la primera en utilizar instrumentos de viento en los estadios, era un carnaval semana tras semana. La pasión iba en aumento.

Y al año siguiente el delirio, la alegría interminable: ¡SOCIAL CAMPEÓN!

Con un equipo para el recuerdo, donde se destacó la figura de su goleador Hugo “Galerita” Méndez, Social obtiene por primera vez en su historia, el título de CAMPEÓN DE LA LIGA NICOLEÑA DE FÚTBOL.

Y vino el primer regional, los primeros recorridos por la geografía bonaerense portando gallardamente el nombre de Ramallo y el color de su gente.

La década del 90 fue importantísima para el club. Gracias al extraordinario apoyo de Rafael Romá (dos veces Vicegobernador de la Provincia de Bs.As) el club vivió una época dorada.

Se remodeló la sede social (más allá del polémico derribo de la balaustrada, reinaugurada en el 2012), se construyó un hermoso estadio cubierto, se ampliaron y modernizaron las instalaciones del Polideportivo Municipal y se creó la mutual del Club.

En el plano deportivo, apareció la práctica del básquet, compitiendo con gran suceso en los primeros planos regionales, en un equipo en el que descolló el “Negro” Ernest Bullit, de las Islas Vírgenes, y el formidable Pablo Prigioni, ex estrella internacional de la Selección Argentina, entre otros, impulsados dirigencialmente por Fernando Molinari.

Futbolísticamente hablando, Social, llegó a la cúspide de su trayectoria local y provincial obteniendo en forma brillante los dos campeonatos de la Liga Nicoleña de 1994, el de 1995 y el de 1999.

Vistieron la casaca “celeste”, en aquellos años, grandes jugadores como Hernán Lisi, Hugo Lacava Schell, Adriano Custodio Méndez, Claudio Guaita, Rubén Acevedo, Daniel Chavez, Aldo Soria, entre otros.

El Club Social, conducido técnicamente por Daniel “Pato” Agotegaray, acumuló un récord impactante: 33 partidos sin perder, jamás igualado por ninguna otra formación.

Durante los últimos años muchos jugadores de nuestro pueblo han cumplido una gran trayectoria en nuestra institución. A riesgo de ser injusto, podemos mencionar a Walter Gaeto, Claudio Brusa, “Pepo” Adrover, Maxi Cariboni, Adrián Salvatori, Gustavo Martín, entre tantos.

Este último, Gustavo “el Turquito” Martín, fue el verdadero ídolo durante una larga campaña en el “celeste”. Jugador exquisito y goleador implacable.

Pero si los grandes trajeron alegría al Club no menos importantes fueron los “semilleros” celestes. En los años 90 comenzó la escuelita de Baby Fútbol del Club Social, construyéndose una cancha para los más chiquititos en el predio del Instituto Ramallo, donde había estado la cancha grande, en calle Sarmiento y Avenida San Martín.

Muchos padres acompañaron y hasta dirigieron a las diferentes categorías, destacándose el empeño y los logros de todos ellos, como Omar “Picadillo” Gonella y Javier “Peluca” Del Pozo por citar a algunos muy recordados.

Posteriormente, en el año 2001, en el marco de un Proyecto de largo aliento elaborado por la Comisión Directiva que lideraba Walter Gaeto y por el profesor Sergio “Tano” Barbieri, y con un grupo de padres incansables y tenaces se levantó el mini estadio de Baby Fútbol, uno de los más bonitos de la Liga, sobre la Avenida Savio y Laprida, gracias a los esfuerzos propios y de la intendencia municipal. 

La cantera celeste se ha destacado a lo largo de esta década brindando jugadores de renombre en las distintas categorías del fútbol argentino como Ciro Rius, Santiago Chacho Gallucci, Dalmiro Gaeto, Franco Coronel, Mateo Coronel, Federico Castro, todos ellos compitiendo actualmente. 

Llegando a nuestro Centenario, un nuevo objetivo edilicio nacía en el Celeste, El Natatorio Climatizado, propuesto por el entonces presidente Carlos Fardoz y el apoyo de Ricardo “Cacalo” Gorostiza comenzaba una obra impensada para el Gigante de Av. Mitre.

Corría el año 2014 cuando el sueño de la pileta cubierta pasó a ser realidad con la conducción de Emilio Otero y un grupo de incansables colaboradores como Maxi Zanotti, Marcelo Bassi, Santiago Gorostiza y muchos más, llevaron adelante esta obra que sin duda impactó de forma positiva en la masa societaria y la oferta deportiva para nuestra Ciudad.

Los años pasaron y Social creció de forma exponencial en todas sus actividades, y el fútbol no quedaría atrás en este auge ya que para el año 2016 logró el subcampeonato colmando como nunca antes la cancha de Somisa.

Para el año siguiente un hecho marcaría a fuego el corazón de todo el pueblo, corría el 26 de Noviembre del año 2017, cuando sacado de los mejores cuentos ocurrió la antología, Social y Defensores se cruzaban en una final, en el Estadio de nuestro máximo rival, el pueblo y villa se enfrentaban en este juego que es pasión de multitudes, y la moneda cayó de nuestro lado para que el máximo artillero de la liga, el Pollo Cerruti, dejara su huella en el ángulo del arco visitante, para que todo el Pueblo delire de emoción y alegría. Y así fue, gracias a un incansable trabajo de jugadores y cuerpo técnico, el pueblo fue una fiesta.

El año siguiente nos encontraría con otra alegría, llegaba el bicampeonato, nuevamente de visitante en cancha de General Rojo, demostrando que en otros pagos los pibes del social se hacían más fuertes. Con gol del Titi Pittaluga, llegó la 7ma vuelta olímpica. Cabe destacar la labor de la subcomisión de fútbol, integrada por Adrián Villarreal, Emilio Tripicchio, Manchita Ciarla, Pereza Beron y tantos otros que ayudaron a llevar al celeste a lo más alto, ayudados obviamente por “Chaleco” Selenzo, el profe Rodri Perazo y demás ayudantes.

Dentro de este tiempo nacía por el año 2016 una Agrupación de jóvenes denominada “Social Avanza” , la cual tenía como horizonte la reinauguración del Gimnasio Cubierto, con el fin de recuperar el básquet del club y demás actividades.

Más de 40 jóvenes trabajaron arduamente para lograr en conjunto con la Comisión Directiva de ese entonces la puesta del nuevo Parquet Deportivo el 18 de Agosto del año 2018.

El hoy nos encuentra en las vísperas de la reinauguración de la Sede del Club Social Ramallo, para que juntos sigamos haciendo crecer al Gigante de Av.Mitre, de forma ordenada, transparente y moderna. 

Con el firme objetivo de mantener nuestras raíces de alegría y carnaval. Porque así es el Pueblo…

La historia de Social Ramallo: las trompetas en la cancha, La Mosca y mucho más