CARNAVAL TODA LA VIDA

Por Germán Albornoz

¡Qué fácil debe ser simpatizar con un equipo, ser hincha de un club al que las cosas siempre le van bien! En el fútbol argentino por ejemplo, si sos de Boca o de River a veces más y otras menos pero siempre terminas festejando algo. ¡Qué difícil debe ser bancar siempre los trapos de tu querida institución cuando las cosas van mal o como le pasaba a Social de Ramallo que su última vuelta olímpica había sido en el año 99 de la mano del fenomenal “Cabezón” Gaeto y de un grupo de notables jugadores!
Sin embargo, al Celeste poco le importó todo esto y año tras año era en nuestra Liga el equipo más taquillero. Podía pelear un torneo o salir último, poco interesaba. La gente, por una extraña razón que escapa a mi humilde lógica, iba todos los campeonatos a alentar y a ver a su querido Social jugara donde jugara sin influencia de su presente. Había algo mágico en el aire difícil de entender por lo que las personas se desbordaran de pasión con un equipo que hacía mucho no festejaba. Y que pareciera que solo alcanzaba con ver entrar a la cancha a Social a jugar un partido.
Hace un tiempo, nos invitaron a comer al redactor de esta nota y a mi compañero del programa “Súper Sport Nicoleño” Ignacio “Nacho” Aramburu. Primero al negocio de “Manchita” Ciarla y allí un grupo de personas encabezadas por el solidario médico Dr. Emilio Otero, nos recibieron y comimos en la vereda de aquel comercio. Luego, el “Maestro” Daniel “Pato” Agotegaray nos invitó a compartir una cena pero también lo hicimos en la vereda de su kiosco gracias a la generosidad de Walter Gaeto. Y ese día me pregunté si a estas personas no les daba miedo cenar en la puerta de sus comercios. Y la respuesta que me llegó automáticamente al corazón fue: ESTA GENTE A LO ÚNICO QUE LE TIENE MIEDO ES A NO TENER UN AMIGO CON QUIEN COMPARTIR UN LINDO MOMENTO.
Son formas de vivir, de sentir la vida y el deporte. Son apasionados, a lo mejor con el último centavo que tienen pagan la entrada para ver a su querido Social. O juntan el dinero para poder ir a los corsos, desbordar las calles del pueblo de batucada y de alegría o ir a jugarse los últimos “fichines” al bingo de la ciudad. Llenar los bares de amigos, ir a pescar o simplemente pasarla bien hablando de fútbol.
Social está rebalsado de felicidad, esa que le da su gente, la que es leal en las buenas y mucho más en las malas. Porque así viven. Sabiendo que le cuesta mucho todo pero que el amor y la pasión es mucho más fuerte que cualquier adversidad. Felicidades CLUB SOCIAL por este Torneo Clausura obtenido, pero mucho más felicitarlos por la forma que tienen de amar a su club. Porque están demostrando que más allá de las cosas feas que te puedan pasar, mucho más allá de las derrotas, mucho más allá de las carencias también se puede transcurrir por este mundo como si fuera CARNAVAL TODA LA VIDA.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *